Esta receta me la enseñó una buena amiga francesa. Vive en una maison encantadora rodeada de viñedos, campos de árboles frutales, caminos bordeados con gigantescos plataneros, bosques de acacias, pueblecitos monísimos donde todos los días hay mercado de frutas y verduras recién llegadas de huertos cercanos… en fin, que te mueres de la envidia.

Ingredientes (para 5 personas)

• 10 melocotones blancos (esta vez utilizamos amarillos, más fáciles de encontrar y ni muy verdes, ni muy maduros)
• 1 limón
• 300 gr. de azúcar granulado (nosotras le pusimos azúcar normal y corriente)
• 200 ml. de vino blanco (ni muy bueno, ni muy malo)
• 1 manojito de hojas de menta fresca
• 1 rama de canela
• 1 vaina de vainilla

Ponemos una olla con agua que se vaya calentando. Lavamos los melocotones y el limón con el agua del grifo.

Pelamos el limón, troceamos la piel en pedacitos muy pequeños y después lo exprimimos para hacer el zumo. Reservamos.

Cuando el agua de la olla esté hirviendo, sumergimos los melocotones durante 10 segundos exactos. Los sacamos inmediatamente, tiramos el agua y dejamos que se enfríen un poco.

En esa misma olla, ponemos el vino blanco, el azúcar, la rama de canela, la vaina de vainilla abierta, raspado su interior y los trocitos de la piel del limón. Reservamos.

Partimos por la mitad los melocotones y les quitamos el hueso. Lo más práctico es hacer un corte por la mitad del melocotón y con las manos lo hacemos girar, para que al menos una de las mitades se desprenda del hueso y con un cuchillo que tenga punta, vamos sacando el hueso de la otra mitad.

Una vez sin hueso, los pelamos y reservamos. En principio, con el escaldado de 10 segundos tendría que resultarnos fácil quitarles la piel. Si se nos complica un poco la operación nos ayudamos con un cuchillo.

Ponemos al fuego la olla que teníamos preparada con el resto de ingredientes. En el momento en que comience a hervir, echamos los melocotones y dejamos que hiervan sólo 3 minutos exactos (no los hemos de dejar más tiempo, que entonces el caldo quedaría muy espeso y con demasiado sabor a las especias).

Apagamos el fuego y trasladamos los melocotones y el caldito a un recipiente que pueda ir a la nevera.

Cuando estén templados los guardamos allí como mínimo tres horas. Hay que servirlo frío y con unas cuantas hojitas de menta por encima de los melocotones.

Original book source: Prof. Dr. Otto Wilhelm Thomé Flora von Deutschland, Österreich und der Schweiz 1885, Gera, Germany