Descubriendo el pan con tomate

Frase muy oída cuando alguien se ilumina con algo que está más que requetesabido: «Hala! has descubierto el pan con tomate». Pues sí. Caigo en la trampa intentando dar una vuelta de tuerca al tema buscando el tener preparada con antelación esta base tan deliciosa que acompañará a unas anchoas aliñadas de una manera que espero os guste mucho mucho.

Esta fórmula la ví un día en la tele pero es que no me acuerdo en qué canal. Apunté las instrucciones en el móvil y sin más, ahí se quedó. No puedo hacer otra cosa que dar las gracias al que la compartió.

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Ingredientes (para 8 personas)

  • 1/2 kg de tomates de colgar (lo podéis ver en el num.17)
  • 4 hojas de gelatina
  • un pan redondo de 1/2 Kg.
  • 180 gr. de aceite de oliva virgen
  • una cucharilla (de las de café) de sal
  • 16 anchoas en aceite (de Santoña, si es posible)
  • vinagre de Jerez (que sea buenillo)
  • 250 grs. de mató (o requesón)
  • pimienta negra recién molida
  • aceitunas negras sin hueso
  • tomillo seco

Necesitaremos un molde pequeño tipo plum-cake (24×12 cm). Van ideal los de aluminio desechable. Ponemos en el fondo un papel de horno cortado a la medida. Reservamos.

Quitamos la corteza del pan y troceamos la miga en cuadrados regulares. Reservamos.

Ahora, en un bol rallamos los tomates previamente lavados. Aquí conviene tener un buen rallador para no desesperar o dejarse la yema de los dedos en el cacharro. No hace falta decir que la piel del tomate se desecha, pero lo digo.

Las hojas de gelatina las hidratamos con agua fría durante unos 5 minutos. Escurrimos el agua con las manos, en plan bayeta. Reservamos.

En un cuenco aparte ponemos 5 ó 6 cucharadas soperas del tomate rallado y lo calentamos un poco en el microondas, sin que llegue a hervir. Lo sacamos y le añadimos las hojas de gelatina deshidratada y escurrida. Removemos, la gelatina se integrará y lo incorporamos al resto de los tomates rallados.

Vertemos el aceite de oliva virgen sobre el tomate, removemos, añadimos la sal y el pan cortado en cuadrados, lo mezclamos, que se impregne el pan, pero sin llegar al punto en que se deshaga, nos interesa que después se noten, no queremos una papilla.

En el molde que teníamos preparado ponemos la mezcla anterior, lo acabamos de compactar ligeramente con una espátula o cuchara, que quede la superficie lisa. Tapamos (a piel) con papel film y lo metemos en la nevera 12 horas. No me negaréis que hacer pan con tomate con tantas horas de antelación es una ayudita.

Ahora vamos con la segunda parte de la preparación.

Comenzamos con las anchoas. Escurrimos el aceite del bote. Introducimos las anchoas en un bol con agua fría, las lavamos un poco y las depositamos sobre papel absorbente, terminamos de eliminar el agua con un trozo de papel.

Ponemos las anchoas, sin amontonar, en un plato llano y las cubrimos con aceite de oliva (le va genial un aceite de picual) Las dejamos reposar tranquilitas mientras toman su baño de aceite.

Las aceitunas negras las picamos un poco, las ponemos en un cuenco y les añadimos el tomillo y las aliñamos con 2 cucharadas de aceite de oliva. Reservamos.

Último toque a las anchoas: echamos un poco de pimienta por encima. Ponemos unas cuantas gotas de vinagre en una cucharita (para evitar el típico accidente del tapón que se cae…) y las esparcimos por encima de las anchoas.  Cogemos el plato y empezamos a darle un meneíto estilo hula-hop  (sin violencia por favor) para lograr emulsionar el aceite y el vinagre.

Sacamos de la nevera el «pancontomate», lo pongo así porque ya estará compactado. Desmoldamos y con un cuchillo bien afilado cortamos porciones de 1 cm. aproximadamente y las vamos colocando en una fuente grande, o en platitos individuales, eso ya a criterio personal.

En cada porción colocamos primero una cucharada de mató, encima 2 anchoas y lo rematamos con el aliño de aceitunas y tomillo.

Es un platillo de los de coser y cantar: primero coses, y doce horas más tarde, cantas!

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Si hay alguna cosa que os haya intrigado, me preguntáis y os despejo las dudas si es que las tenéis.

14 pensamientos en “Descubriendo el pan con tomate

  1. Tremenda receta. Me parece una ideaca lo de tenerlo preparado de antes!! Haces bien en avisar en lo de la piel del tomate porque yo con el tomate no soy racista y me lo como todo, jajaja. Pero es verdad que no quedaría tan fino si los pellejos del tomate se aprecian en el pan compactadito.
    Y tampoco hubiera hecho nunca el aliño de las anchoas con el vinagre, eso me ha gustado mucho también. Lo tengo que probar.
    Un besito, estás que te sales.

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  2. Hola Marisa
    He probado el «pa amb tomaquet» desestructurado en el» comerç 24″ pero compactado….. me dejas sin palabras y con mucha curiosidad, aunque ya sabes que no soy amiga de la gelatina.
    Pero sí que me llevo muy bien con esas anchoas que preparas.
    Un besito
    Lourdes

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  3. oooh! los balearicos somos fanáticos del pan con tomate, tenemos tomate autóctono para ello, y pan moreno, pero no conocía esta delicia…chica, lo tuyo es quitarse el sombrero!!!
    Besitos

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  4. Hola, hola hola,
    Me gusta este compactado y este sábado lo incorporo al aperitivo de la comida familiar., ufffff más vale que lo he leído hoy y aún estoy a tiempo de comprar algún ingrediente que me falta!
    Besos
    Maria

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