Hacer obleas de masa para albergar rellenos de carne o de atún es más fácil de lo que parece, qué digo fácil, está chupado! Es una masa que no falla. Da gusto hacerla. Y si bien es cierto que las podemos encontrar de tipo industrial, y no están mal, el placer de hacerlas en casa y ver como las superan es grande.
Ingredientes (para unas 16 obleas)
- 350 gr. de harina floja (la de repostería)
- 110 gr. de aceite de oliva (o manteca de cerdo derretida)
- 110 gr. de leche (puede ser desnatada)
- media cucharadita de sal
Mezclamos el aceite, la leche y la sal.
Colocamos la harina en un cuenco grande, hacemos un hueco en el medio y vertemos la mezcla anterior. Con las varillas amasadoras lo mezclamos y amasamos. Si no tenemos máquina lo hacemos con las manos hasta conseguir integrar todo y obtener una masa que no se pegue a las manos. Hacemos una bola, la envolvemos en papel film y la dejamos reposar al menos una hora a temperatura ambiente.
Ahora toca extender la masa con un rodillo. Nos preparamos la mesa de trabajo espolvoreando un poco de harina sobre ella y un poco para enharinar el rodillo. La dejamos lo más fina posible, más o menos del grosor de las industriales que es 1 milímetro (bueno, lo intentamos).
Una vez extendida la masa cortamos círculos de 12 cm. de diámetro (aquí, imaginación… con un tazón podemos hacerlo!).
Según las vamos cortando las colocamos sobre papel de hornear y a su vez las tapamos con más papel para que no se peguen unas con otras.
Los recortes sobrantes los podemos volver a juntar y dejarlos reposar 5 minutos para volver a estirarlos con el rodillo
A partir de ese momento ya podemos ir poniendo el relleno que tengamos pensado, desde el clásico atún con salsa de tomate y huevo duro, hasta el de carne picada con tomate, pimiento, cebolla y aceitunas verdes o un relleno dulce de manzanas caramelizadas con frutos secos o… lo que se nos ocurra «empanadillar».
A la hora de cerrar las empanadillas hay que acordarse de humedecer con un poco de agua los bordes de la masa, así se nos sellará con más seguridad.
Si las horneamos, pincelarlas con huevo batido para que cojan el color doradito y el horno precalentado a 200º calor arriba y abajo, y el tiempo… al menos 12 minutos, pero cada horno tiene su personalidad, sacarlas cuando estén doradas es lo más seguro.
Hay que coger el truquillo para darles diversas formas, eso lo dejo a vuestra inspiración. Reconozco que la primera vez que uno se pone al tajo no todas salen con una estética perfecta, no hay que desmotivarse, es cosa de practicar!
ostrás marisa, te has superado. me parece una idea genial y te las copio 🙂 besazo
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Apuesto a que la copia será perfecta!
Petonets.
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Madre mía ¡qué perfección!
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Ïa, lo perfecto es poder hacer masa en casita, que salga a la primera, más óptima que la industrial, y no tener que ir a la tienda deprisa y corriendo porque tienes el relleno a punto, pero no tienes obleas!
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Tu masa es prácticamente igual que la mía… ya quería yo agenciarme otra para probar… jaajaja
Yo estiro la masa con la máquina de hacer pasta. Desde entonces no me da ninguna pereza hacer empanadillas 😀
Por cierto, me acabas de recordar que ya no me quedan en el congelador… este fin de semana toca empanadillas!
besos
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Hola Aisha, que buena idea lo de la maquinita, que dejar la masa a 1mm es cosa de rodillo y ganas. La masa es de unas proporciones básicas que no hay posibilidad de equivocación. Seguro que la tuya tiene también su punto!
Petonets!
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Hooola…ya vuelvo por aquí…cuánto tiempo!!!
Es genial lo de hacer las masas caseras ,son mucho más ricas que las industriales y en algunas, como ésta que nos traes ni siquiera empleas mucho tiempo.
Yo también la tenía olvidada, habrá que ponerse, que ideas para relleno tengo un montón .
Bueeeeno nos seguiremos viendo
Un besito
Lourdes
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Que bueno leerte otra vez por aquí!
Lo de hacer masa es un vicio, cuando le coges el truquillo ya no hay quién lo pare, y tu que eres cocinera de pro… seguro que le das el «touch» personal!
Molts petonets.
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Oye esta es una versión facilona y poco enrevesada, nada que ver con las complicadas masas de empanadillas que solía hacer en casa cuando tenía máquina de pasta (imprescindible para laminarlas, al menos mis recetas habituales). La probaré, desde que no tengo la máquina porque saltaron los rodillos, no he vuelto a hacerlas, mis masas con rodillo eran muy duras de manejar… y por más que me gustara el resultado, la realidad es que a mano no hay valor de enfrentarme a ellas 🙂
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Ana, esta masa… blandita, sin máquinas, sin enredos, solo manos y rodillo rudimentario!… y sale.
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Jelou Marisa! Qué pasa? Te has propuesto hacer todas las recetas que tengo pendientes desde hace tiempo en su versión más fácil y apetecible para motivarme? Mira que ya tengo apuntado el chutney y ahora me vienes con esta maravilla? Pero esto tiene una pinta facilísima! Además el otro día quise emular a mi madre y se me ocurrió hacer sus albóndigas, porque echamos de menos las albóndigas de la abuela, esto es así. Pues me salieron fatal. Secas y duras. Pero no las he tirado. Las voy a tunear convenientemente con más cebollita y con aceituna y las desmenuzaré y convertiré en relleno de carne para empanadillas. Yo es que creo en la reencarnación.
Besos mil
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Beatriz, estoy #enesemomentodemivida en el que aspiro a que las cosas sean simples y verdaderas… por eso esta masa pispás, que solo te esperas media hora y al tajo. Y sale a la primera sin más .
Qué rabia da cuando haces una receta que la sabes de toda la vida, hace mil años que no la haces y el día que te pones te sale una chufa!…essssquhe se te llevan los demonios.
Molts petonets!
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