Es posible hacer un ragú en 45 minutos? Si es de pollo, sí! Está claro que un pobre pollito acabaría hecho papilla después de 3 ó 6 horas haciendo chup chup en la cazuela por muy fuego lento que se le ponga. Cosa diferente es la ternera que se puede pasar todo ese tiempo tan ricamente al fuego, pero ese es tema para otro día no muy lejano, porque el ragú italiano o el ragoût francés necesitan su tiempo. Pero lo que les une a todos es el significado de ragoûter, es decir avivar el gusto, remettre en appétit. La salsita del ragú de pollo cumple esa misión, por lo tanto la vamos a dejar entrar en esa categoría.
Ingredientes (para 2 personas)
- 1 pechuga de pollo grande, troceada en cuadraditos
- 1 cebolla mediana
- 1 puerro, sólo la parte blanca
- 1 zanahoria mediana
- 1 diente de ajo pelado
- 1 guindilla (sólo 1 trocito)
- 1 ramita de tomillo fresco
- 1 hoja de laurel
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen
- sal y pimienta
- 1 vasito de vino blanco (2oo gr)
- 1 vaso de caldo de pollo (270 gr), puede ser de pastilla pero mejor de casa
- queso parmesano recién rallado
- 2 cucharadas de perejil fresco picado
- 200 gr de pasta (macarrones, penne rigatte…)
Picamos pequeñito la cebolla, la zanahoria, el puerro y el trocito de guindilla.
En una cazuela calentamos el aceite de oliva, añadimos las verduras, la guindilla y el diente de ajo, les damos unas vueltas para que se rehoguen un poco. Incorporamos el tomillo y el laurel. Echamos los trocitos de pollo y los dejamos que se doren, dándoles vueltas con la cuchara de madera.
Cuando estén dorados salpimentamos, vertemos el vino blanco y en cuanto comience a hervir aflojamos el fuego y dejamos que se evapore, que desaparezca, que se extinga totalmente.
Vertemos el caldo de pollo caliente. Ahora ya todo a fuego lento, tapamos la cazuela y dejamos que cueza unos 30 ó 35 minutos. Cuando esté listo, sacamos el diente de ajo y el laurel, los desechamos.
Mientras se hace el ragú, cocemos la pasta al dente.
Picamos el perejil.
Incorporamos la pasta escurrida a la cazuela, rallamos el queso parmesano por encima y espolvoreamos el perejil picado. Removemos para que se mezcle todo y listo!
Nos vamos a la mesa con nuestra cazuela humeante y que comience el pequeño lujo del ragú en un día cualquiera de la semana.
Y por que no? Un ragout de pollo, o de tofu. El vikingo me suele protestar ante la palabra tofu, pero le ignoro y sigo cocinando porque sé que luego le va a gustar. Lo de ragout de pollo… mmmm… buena idea.
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Yo quiero ser de mayor como tu! Adéu a hacer caso de las convenciones!
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Pues dale, ragú de 45 min marchando, ole y ole…
muaks
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Para prisas… ragúúúúúúú de popopopopollo (léase con música de tarantella!)
Petonets
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Pues me parece mucho mejor, aunque siga siendo carnívora (a veces me lo pienso de verdad pasarme a vegetariana), me gusta más que el ragú sea de pollo (aunque tampoco me saldrán alas y pico por comerlo), y si eso hace que deje un poco de lado la soja texturizada en casa me lo agradecerán y mucho 😉
Besos
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No me parece mal abandonar la China por Italia… aunque sean por 45 minutos!!
Por cierto, tengo en el horno tu pastel de ricotta, naranja y filo… ya te contaré cómo ha salido.
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Qué pinta tiene ese plato. Y está bien eso de poder hacer un ragú en 45 min. que una no siempre tiene tantas horas para esperar que se haga la comida 🙂
besos
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Es lo que tiene el pollo, que a cierta hora dice basta! sáquenme de aquí que me astillo!!
Besos 😉
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que buen plato para chuparse los dedos, un sus especies y al plof plof, toma ya xD
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Me apunto esa manera de contar el tiempo… un plof plof y alehop! listo el pollo. 🙂 🙂
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Jejeje eso es magia y no la olla express xDDD
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