Enésimo intento de recrear una tarta de manzana que probé hace tiempo en un hotel de Peratallada (Girona), era un lugar muy agradable y a veces pienso que asocio un día memorable con aquella tarta y por eso es difícil conseguir algo igual, tendría que repetir aquellos momentos minuto a minuto para lograrlo. Esta vez estoy a un pasito del éxito. La receta es facilísima, más larga de explicar que de hacer. El «abogado» dice que me enrollo demasiado explicando las recetas, pero es que lo mío no ha sido nunca el telégrafo.

Ingredientes

• 1 lámina de hojaldre
• 2 manzanas Golden, hermosas
• 2 cucharadas soperas de azúcar moreno
• 1 cucharadita (de las de café) de canela molida
• 1 cucharada de azúcar normal para endulzar el hojaldre

para el relleno

• 1 manzana Golden
• 1 cucharada sopera de azúcar moreno
• 1 cucharadita de canela en polvo
• 1 cucharada sopera de agua mineral
• 1 cucharada sopera de zumo de limón

para la cobertura

• 3 cucharadas soperas de mermelada de albaricoque
• 1 cucharada de agua

Empezamos haciendo el relleno, pelamos la manzana y la cortamos en trozos muy pequeños. La ponemos en un cuenco que pueda ir al microondas y le añadimos el azúcar moreno, la canela, el zumo de limón y el agua. Lo tapamos bien con papel film y lo metemos en el microondas durante 3 minutos a 800 w.

Sacamos el papel film, aquí cuidadín, el vaho que suelta está hipercaliente, no ponemos la carita a ver cómo ha quedado. En el mismo cuenco lo trituramos con el brazo de la batidora, si estuviese demasiado espeso o pastoso le podemos añadir una cucharada de agua y volvemos a mezclar. Dejamos que se enfríe. Reservamos.

Ahora vamos con la lámina de hojaldre. La extendemos dejando el papel que trae en el paquete, espolvoreamos azúcar normal sobre toda su superficie, ponemos un papel de horno por encima y pasamos el rodillo para que el azúcar se quede incrustado en el hojaldre. Le damos la vuelta, retiramos el papel y repetimos la operación por la otra cara de la lámina. La ponemos en bandeja de horno, con nuestro papel de horno debajo. El que traía la lámina lo tiramos, que va fatal para hornear. Levantamos un poquitín todo el borde de la lámina, como si hiciéramos un cordón finito, así luego el relleno no se desparramará fuera del hojaldre.

Con un tenedor pinchamos toda la superficie de la lámina, así evitaremos que el hojaldre se infle dentro del horno. Reservamos metido en la nevera, esto es importante.

Ahora vamos con las manzanas. Las pelamos y con un cuchillo bien afilado las cortamos en láminas con forma de gajos. Conviene hacerlas muy finas, así tendremos suficiente para cubrir toda la lámina de hojaldre y se hornean mejor.

Bien, ahora a componer la tarta. Extendemos el relleno sobre el hojaldre, es una capa fina que nos ayudará a que los gajos de manzana no se muevan. Colocamos la manzana empezando por el borde de la lámina de hojaldre, con un poquillo de gracia y mimo. Así hasta que estén todas instaladas.

Espolvoreamos canela por encima del mosaico de manzana, luego el azúcar moreno, tratando que quede lo más repartido posible y ya sin más … oootra vez a la nevera, así el hojaldre vuelve a coger frío que le va muy bien antes de entrar en el horno.

Calentamos el horno a 200º calor arriba y abajo, y si tiene aire, pues también. Metemos la tarta y la dejamos 20 minutos -vigilando- que cada horno es un mundo. Si vemos que se infla por algún lado, sin miramientos la pinchamos con un palillo largo o con un cuchillo, con cuidadito de no quemarnos.

Mientras se hornea preparamos la cobertura de mermelada. Fácil, mezclamos la mermelada con la cucharada de agua, removemos bien  para que se mezcle, calentamos 30 segundos en el microondas y colamos, removiendo con una cucharilla para que pase el máximo posible y quede un liquido sin tropezones de albaricoque. Dejamos enfriar, veréis que se espesará, es correcto.

Pincelamos la tarta recién sacada del horno con la cobertura de albaricoque y dejamos que se enfríe.

Ya tenemos una tarta finita, no excesivamente empalagosa y muy triunfadora!