Masa sucrée casi perfecta

La fórmula de la masa o pasta sucrée no es un misterio insondable, tout autrement, es fácil si seguimos al pie de la letra las instrucciones y dejamos para otro día las iniciativas creativas… primero dominar la técnica básica y ya luego nos desatamos, pero por el momento busquemos la manera de hacer bases de tarta que cumplan bien con su cometido. Esta fórmula da muchas satisfacciones porque sale bien y refuerza el ego repostero.img_9667Ingredientes (para un molde -mejor de base desmoldable- de 20 cm de diámetro y 3 cm de alto) Ah! y la podemos preparar el día anterior… Y si es para un molde más grande, doblamos las cantidades y punto, si sobra masa se puede congelar.

  • 65 gr de harina (de repostería o normal)
  • 25 gr de mantequilla en textura de pomada
  • 25 gr de azúcar glas
  • 1 yema de huevo a temperatura ambiente

En un cuenco amplio ponemos la harina previamente tamizada con un cedazo. Incorporamos la mantequilla, y con las manos bien limpias comenzamos a mezclar restregando la harina con la mantequilla, no amasando, es como si quisiéramos hacer serraduras, al principio cuesta creer que lo logremos… pero si lo hacemos con las palmas de la mano abiertas la harina se va mezclando con los trozos de mantequilla reblandecida; se va convirtiendo en una especie de arena húmeda y sueltecita. Procuramos no dejar ni un solo grumo de mantequilla.

Añadimos el azúcar glas, mezclamos con las manos, total ya estamos metidos en harina… y por último echamos la yema de huevo, mezclamos, no hay que amasar sólo amalgamar hasta que podamos formar una bola con textura parecida a la plastilina cuando está un poco dura.

Aplanamos un poco la masa dándole forma de tortita y la envolvemos en papel film. La guardamos en la nevera, que repose al menos una hora o mejor toda la noche (por supuesto podemos congelarla y utilizarla cuando nos vaya bien, si la descongelamos a temperatura ambiente).

Cuando la necesitemos, la sacamos de la nevera y la dejamos templar a temperatura ambiente. La colocamos entre dos papeles film y con el rodillo la estiramos, dejándola finita.

Engrasamos el molde con mantequilla (no saltarse este detalle!).

Colocamos la masa estirada sobre el molde… esto es una forma de hablar porque lo más probable es que se nos rompa. Sí, se rompe… pero no paaasa nada, resulta que es como la plastilina, podemos volver a unirla y además se deja colocar sobre el molde sin problema.

Es aconsejable dedicar un rato a comprobar que hay masa cubriendo el molde por completo y que el grosor de la masa que hemos colocado es toda por el estilo; importante que la masa llegue al borde del molde.

Bien, con un tenedor pinchamos la superficie, sin ensañarse! Y otra vez a la nevera, por lo menos media horita, que la masa se vuelva a endurecer. Antes de meterlo al horno, pasamos el dedo humedecido en agua por todo el borde del molde, para que la masa no se caiga al entrar en  contacto con el calor del horno.

Esta masa no necesita ponerle ningún peso encima, porque no sube en el horno. Bueno, igual hace alguna burbujita en la base, pero cuando la rellenemos de lo que sea… ni se va a notar!

Precalentamos el horno a 180º y en la parte media horneamos la masa durante unos 10 minutos aproximadamente. Pero vigilamos! cada horno tiene su puntito… y en cuanto veamos que la masa tiene un dorado tipo bronceado playita, la sacamos.

Al salir del horno la masa estará algo blanda, no la tocamos ni intentamos desmoldar.. hay que dejar que se enfríe. Y tachán! llega el momento de sacar del molde… con un cuchillo despegamos un poco el borde, pero con cuidado extremo para no romperlo, la masa estará durita y rígida y se dejará sacar de ahí.

Esta masa es posible conservarla bien guardada en una caja de lata, como las galletas!!

Y a rellenarla de… eso, de lo que se nos ocurra, aquí sí podemos desbordar la creatividad, manteniendo la lógica… que es una base de tarta dulce!

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