Leeeeeeeeeeeeeento, pero seguro. Y en realidad, ¿qué son 90 minutos comparados con la inmensidad del tiempo? pues, un poquillo de ná! El placer de probar una colección de verduras en estado cuasi caramelizado, en frío o en caliente, como acompañamiento de carne, pescado o legumbres, como una tapita vegetal durante el aperitivo o sin motivo alguno mojar pan y darse el gusto!

Es una preparación muy apta para completar los táper, sirve de acompañamiento para multitud de cosas. Ah! y motivo de envidia gastronómica entre los compañeros de office. Puedes llamarlo como quieras! está bueno igual.

Ingredientes (para 4 personas)

• 2 calabacínes
• 1 berenjena
• 1 pimiento rojo
• 2 pimientos verdes
• 1 cebolla tierna
• 500 gr de tomate entero natural  pelado, de bote es perfectamente legal
• 2 dientes de ajo pelados y picados
• 1 cucharón de aceite de oliva virgen
• 1 cucharadita de azúcar
• sal y pimienta negra recién molida

Para empezar lo mejor es hacer una mise en place de los ingredientes. Las verduras lavadas y troceadas en rodajas anchas. Los ajos pelados y picaditos.

Ponemos en una sartén grande o cacerola ancha, el aceite de oliva. Lo calentamos y entonces echamos la cebolla, los pimientos verdes y rojo, los dientes de ajo picados. Le damos vueltas para que se impregnen de aceite, el fuego medio,  cuando comiencen a ablandarse incorporamos la berenjena, si hace falta añadimos un chorrito de aceite, seguimos dando vueltas con la cuchara de madera para ayudar a que se refría. Al cabo de 3 ó 4 minutos añadimos el calabacín. Lo mismo, con cuidado lo revolvemos para que se haga, cuando comience a dorarse sumamos a la fiesta el tomate troceado. Echamos la cucharadita de azúcar sobre el tomate. Removemos y mantenemos unos minutos a fuego medio, después aflojamos al mínimo y dejamos que las verduras se vayan «confitando» durante 1 hora. Si por casualidad vemos que se queda sin líquido (cosa dudosa, porque las verduras sueltan lo suyo) añadimos un poco de agua, sin pasarse, eh!

Listo el pisto!  De un día para otro mejora un punto, incluso dos.

Ahora lo añadís a lo que os apetezca… unos garbanzos o unas judías, o acompañando a carne a la plancha o pollo o pescado o huevo frito o oooooooooooo lo que se os ocurra!

Como podéis ver, con unos garbanzos apañas un primer plato la mar de bien.