Bussolai buranelli

Reconozco que Italia me llega muy hondo, todo lo que he visto y vivido allí ha sido estupendo. Es un país que se disfruta en todos los aspectos y al que no me cansa volver. A través de la cocina hay la oportunidad de recuperar momentos deliciosos… y si por casualidad habéis probado los bussolai probablemente os situaréis en Buràn, isla de la laguna veneciana y si no… pues con estas pastitas, ligeramente modificadas, probaréis un trocito del Véneto. Allí las hacen con forma de bastoncillos en ese o como ciambelline (rosquillas) perfumadas con vainilla.  Son sencillas, pero muy elegantes. Realmente les podemos dar la forma que queramos, yo he optado por la via rápida, y con un punto campestre. Son unas pastas para tomar con el té o un café.

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Ingredientes (para unas 20 pastitas)

  • 3 yemas de huevo
  • 250 gr. de harina de repostería
  • 75 gr. de azúcar
  • 100 gr. de mantequilla
  • 1/4 de cucharadita de sal (importante!)
  • la ralladura de la piel de un limón grande
  • 3 ramitas de romero fresco
  • esencia de limón (opcional, pero recomendable) de Lidl

IMG_4974Derretimos la mantequilla en el microondas o al baño María, dejamos que se temple pero manteniéndola líquida.

Rallamos la cáscara del limón y mezclamos con las hojitas de 2 ramas de romero troceadas por la mitad. Reservamos.

En un cuenco amplio tamizamos la harina. Le añadimos la sal, la ralladura del limón y el romero. Mezclamos las yemas con el azúcar batiendo hasta que estén esponjosas. Incorporamos las yemas al cuenco y removemos con un tenedor para mezclar. Se nos hará una pasta un tanto espesa, añadimos la mantequilla poco a poco mientras removemos.

Nos untamos las manos con la esencia de limón, como si nos las aceitáramos (este es el punto opcional si queremos resaltar el sabor a limón), y amasamos con las manos, enseguida estará mezclado. Hacemos una bola. La textura es parecida a la plastilina.

Esencia de limón de Lidl

Esencia de limón de Lidl

En este punto tenemos dos opciones:

1) dejar reposar la masa en la nevera una media hora, para después estirarla con un rodillo, dejándola de 1 cm. escaso de grosor y con un cortapastas darles la forma que os guste

2) continuar y hacer bolitas del tamaño de una nuez, puede que se desmenuce un poco, pero es muy fácil unir y manejar la masa.

Precalentamos el horno a 180º, calor solo abajo.

Colocamos papel para horno en una bandeja para hornear.

Ahora con el envés de la mano aplastamos un poco las bolitas para aplanarlas y les damos forma de círculo, recordamos los tiempos de las manualidades y el instinto colegial nos saldrá, así que nos quedará como en los viejos tiempos… un poco rústico.

Colocamos una hojita de romero en cada galletita, para adornarlas, Con una espátula las cogemos y las colocamos en la bandeja que tenemos preparada.

Las horneamos durante unos 15 ó 20 minutos. Vigilando, cada uno conoce su horno y no es una ciencia exacta. Tienen que quedar ligeramente tostadas por debajo y amarillas por arriba. No os preocupéis si al final tenemos que abrir el horno para comprobar cómo va el tostado de la base de las galletas, no pasa nada grave.

Al sacarlas las trasladamos a una rejilla y esperamos a que se enfríen.

Ya solo queda prepararnos un café o un té o una limonada o una copita de vino dulce y probar el sabor aromático del limón y el romero, con un punto entre dulce y salado de nuestras rústicas y artesanas bussolai buranelli. 

Si pasáis por Burano y encontráis que las de allí no tienen nada que ver con las de la receta… la culpa será del rosmarinus officinalis que es un detalle de la casa!

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