Con un nombre tan alegre no podía dejar en el olvido esta manera de preparar unos filetitos de ternera, satisfactorios, sencillos y que traen aroma de Italia metido dentro. Para mí es una receta de buenos recuerdos. Cuando nos instalamos en Barcelona, conocimos a Shane y Leonetta ellos también eran recién llegados. Venían de Londres y estaban como peces fuera del agua. Fueron los primeros amigos que el «abogado» y yo tuvimos. Fue un año estupendo, descubríamos rincones de la ciudad, hacíamos excursiones por la Costa Brava, coincidíamos en que el comer nos encantaba y el Mediterráneo nos atrapó para siempre. La primera vez que vinieron a cenar a nuestra casa les quisimos hacer una demostración de cocina catalana, y yo que no tenía ni pajolera idea ni de cocina ni de nada, se me ocurrió como plato estrella unos rogers (salmonetes) en papillote con verduras, que no lo había hecho en la vida, pero por aquel entonces estaba como de moda. Dios, la cantidad de espinas que tienen esos bichos! Una eternidad comérselos. Esa noche me enteré que el salmonete es comida nacional en Atenas y que nuestros amigos ingleses tenían una cultura gastronómica mucho más grande que la media inglesa y, obviamente, que la mía. Ayudaba el hecho de que Leonetta es medio italiana por parte de mamma… Ella me enseñó dos cosas: a llamar al día siguiente de una cena para agradecer la velada y a hacer el saltimbocca. Cada vez que los hago me acuerdo de ella.
Ingredientes (para 4 personas)
- 16 filetes finitos de ternera (de la parte de la tapilla)
- 16 lonchas finitas de jamón serrano (del bueno!)
- 16 hojas de salvia fresca (si son pequeñitas, pues el doble)
- palillos (opcional)
- una cucharada de mantequilla para freír
En primer lugar vamos a darle una pequeña paliza a los filetes para dejarlos tiernitos. Con una maza de cocina o con la mano del mortero golpeamos un poco para aplanar cada filete, sin llegar a deshacerlos; aquí cuidadín, no ponerse en plan antidisturbios.
Una vez aplanados, colocamos una hoja de salvia (o dos si son muy pequeñas) encima, extendemos una loncha de jamón serrano sobre cada uno y enrollamos. Opcionalmente podemos asegurar el rollito con un palillo para que al freír no se desenrolle.
En una sartén derretimos la mantequilla, freímos los rollitos hasta que estén bien dorados. Antes de sacarlos los salpimentamos. Y directamente saltar a la boca… o sea, a la mesa YA!
Qué bonito, me gusta la historia de la cena, nosotros solemos agradecer la cena o comida cuando llegamos a casa, si no es muy tarde claro, si lo es pues al día siguiente aunque atrás quedó el llamar, ahora es vía WhatsApp.
Me gusta el nombre del plato es muy circense, y qué poco usamos la salvia en la cocina, a mi me gusta mucho, y después de descubrirla la incluyo bastante.
Besos
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Caty, la salvia es de mis plantas favoritas, pero es a veces complicado encontrarla, a mí no se por qué me sabe a Roma! Y la cortesía es algo que me cautiva. Me ha encantado que le hayas encontrado el punto circusday al nombre de la receta!!
Petons
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Qué sencillo y qué rico tiene que estar!
Yo tengo muy mal recuerdo de la primera y última vez que comí salmonetes; acabé en el hospital para que me sacasen una espina que se me quedó en la garganta. Desde entonces no he vuelto a probar los salmonetes y el resto de pescados me supone un suplicio comerlo por miedo a las espinas.
besos
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Aisha, no los he vuelto a hacer, sus espinas son odiosas y desde luego si quiere uno que la cena dure un milenio… salmonetes al canto!
Besosss!
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Qué pintón!
Lo probaré… muaks
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Mr Catman… no te decepcionarán!
Petonets
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Jajajaja madre mía salmonetes! Pura espina, yo me suelo negar a que la comida me trate así de mal xD
La saltimbocca en cambio la veo muuuucho más maja, más amable y se debe dejar comer así, con los dedos.
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Jopeti, has dado en el clavo… maltrato alimentario, eso es así!
Saltimbocca es lo más opuesto a un salmonete. Por no necesitar no necesita ni acompañamiento, hay que dejar que la salvia fluya.
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