A estas alturas del año más de uno anda con el monotema de las comidas navideñas y la idea de los atracones ronda por las cabezas. Pero, ¿es necesario limitarse a los pavos rellenos, los capones, los langostinos…? ¿Por qué no unos canelones que aún siendo festivos no nos obliguen a desabrocharnos el botón del pantalón? o ¿una terapia que consiste en hacer picadillo todo lo que se nos ponga por delante? Porque eso si, aquí vamos a picar verduras un ratito!
Propongo una ligera variación de una receta extraordinaria de… (aquí un sacarse el sombrero y hacer una reverencia)… Joan Roca. Se trata de convertir sus raviolis con pasta wanton en canelones, pero con placas de lasaña, que son más finas y quedan más ligeras.
Lo ideal es hacerlos con rossinyols (rebozuelos) frescos. Si no encontramos, los deshidratados pueden servir, aunque entonces será necesario tenerlos a remojo toda una noche para que estén óptimos para la receta.
Ingredientes (para 10 personas)
- un paquete de pasta para lasaña (necesitaremos 15 láminas)
- un manojito de cebollino picado
- sal
para el relleno:
- 375 gr. de cebolla
- 375 gr. de puerro
- 375 gr. de zanahoria
- 375 gr. de calabacín
- 375 gr. de mantequilla
- sal y pimienta
para la salsa:
- 600 gr. de rossinyols (rebozuelos) (tanto si son frescos como deshidratados)
- 75 gr. de cebolla
- 75 gr. de puerro
- 75 gr. de zanahoria
- 150 gr. de mantequilla
- 170 gr. de vino blanco
- 800 gr. de nata líquida
Comenzamos por la salsa.
Limpiamos los rossinyols con un papel de cocina para quitarles la tierra que puedan tener. No caigamos en la tentación de limpiarlos con agua, les quitaríamos la gracia! Este asunto conviene hacerlo con tiempo, requiere mimo, con prisas fijo que la pifiamos. Si son deshidratados, los ponemos a remojo en agua fría durante toda la noche anterior a la preparación. Después, los escurrimos y secamos un poco.
Pelamos y picamos las verduras en cuadraditos muy pequeños (o sea, en brunoise fino). Hacemos lo mismo con los rossinyols, excepto un puñadito que cortaremos en láminas y reservaremos para saltear más tarde.
Calentamos una sartén y derretimos la mantequilla. Echamos las verduras y las cocinamos a fuego suave durante 5 minutos. Incorporamos los rossinyols picados y lo dejamos 3 minutos más. Vertemos el vino blanco por encima y lo dejamos reducir totalmente.
Añadimos la nata, removemos suavemente hasta que la textura sea cremosa. Ya tenemos lista la salsa. Reservamos.
Ahora a preparar el relleno.
Cortamos las verduras en cuadraditos de medio cm. o sea, a la jardinera. No las mezclaremos todavía, que el calabacín lo haremos sudar un poco antes de cocinarlo, para ello lo salamos un poquito y así perderá acidez.
Ahora, sacamos el cronómetro para que las verduras queden en su punto perfecto. En una sartén, derretimos la mantequilla, añadimos la zanahoria, la cebolla y el puerro, dejamos que se hagan a fuego suave durante 15 minutos, entonces incorporamos el calabacín y lo dejamos 7 minutos más. En el último momento lo salpimentamos y reservamos.
Vamos a por la pasta.
En una olla grande, calentamos agua con sal y un chorrito de aceite para cocer la pasta. Seguimos las instrucciones del paquete o utilizamos nuestro instinto cocinero y con la cuchara de madera vamos trasteando las láminas hasta que tengamos la sensación de que están óptimas, es decir, manejables para lo que pretendemos. Conviene echar más láminas de la cuenta, por si alguna se nos rompe.
Enfriamos las láminas llevando la olla al fregadero renovándole el agua caliente por la del grifo. Ahora sacamos las láminas y las depositamos sobre un trapo limpio y seco para que escurran el agua y se sequen un poco.
Partimos por la mitad cada lámina, necesitamos 30 cuadrados.
Ya podemos empezar a rellenar. En cada cuadrado ponemos un poco de relleno y enrollamos. Los vamos colocando en la fuente en la que vayamos a servirlos. Aquí un consejillo, es mejor colocarlos en fuentes o platos que quepan en el microondas, porque antes de servir les daremos ahí un calentón.
En el último momento salteamos con un poco de aceite los rossinyols cortados en láminas que teníamos reservados.
Cubrimos los canelones con la salsa y ahora viene cuando los calentamos en el microondas.
Esparcimos los rossinyols salteados y el cebollino picado por encima y… a la mesa rápidamente!!
Me encanta la receta de hoy! Se ve que lo de picar verduras como si se fuese a acabar el mundo es cosa nuestra 🙂
Además en casa siempre comemos canelones en Navidad, pasando de los asados.
Besos,
Anais
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Siii, con esta receta si es para 10, la jartá a picar es espectacular!!!
Petonets 😉
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También son típicos aquí, los canelones me refiero, en la segunda fiesta, y aunque en casa la receta familiar son los típicos con paté yo me pirro por los de verdura, y como tengo rossinyols congelados ya sé cómo usarlos, gracias guapa.
Besitos
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De verdad, no defrauda… eso sí, con placas de lasaña!!
Molts petons 🙂
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Impresionantes… y muy festivos. Aunque el asunto mantequilloso los dejará forever como plato de fiesta, hay que admitir que la mantequilla mola, que con verduras mola más aún y que esos canelones… bien podrían sustituir mis previsibles rossini de año nuevo…
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No soy fundamentalista del aceite, si la salud lo permite … con mantequilla de vez en cuando afrancesarse viene bien!
Ah! con rebozuelos frescos, mucho mejor!
Petons 😉
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Es verdad que los canelones son un engorro de hacer pero son tan ricos que vale la pena, estos son impresionantes, me encantan. Petons.
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Laura, es cosa de hacer menos e invitar sólo a 4 amiguetes… es más leve! 😉
Petons!
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jejeje la jarta a picar me encanta, dame verdura que ya empiezo. Me encanta este plato con verdura lo suaviza ummm que bueno xD
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Maribel, ya sabes… el rascar y el picar… todo es empezar!!
Bss;)
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