Refreír, salpimentar y hervir. Tres acciones simples con las que al arroz se le hincha la vena y lo da todo; y los champiñones… menos lo de hervir, se apuntan al tratamiento. No vamos a hacer ningún risotto, solo arroz con champis y lo que surja. El arroz nos quedará sueltecito y ya después lo vamos a pringar con los juguitos extraídos de los champiñones a su paso por la sartén; el concepto es parecido a lo que hacemos con la pasta: hervirla y luego darle sabor con unas gambas fritas y su correspondiente aceite.
Ingredientes
para el arroz blanco
- 1 medida de arroz
- 2 medidas de agua (y un culín más de propina)
- 1 diente de ajo sin pelar, solo con un corte para que suelte aroma
- 1 hoja de laurel
- 1 cayena partida por la mitad
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen
- sal y pimienta negra recién molida
para los champiñones
- 1 bandejita de champiñones ya laminados
- 2 dientes de ajo, pelados y en láminas o picaditos
- 1 cucharada de perejil fresco, picado
- 6 ó 7 cucharadas de aceite de oliva virgen
- sal y pimienta negra recién molida
Lo primerito de todo, hacer el arroz. En una sartén grande calentamos el aceite a fuego lento y desde el primer momento le incorporamos el ajo, la cayena y el laurel, así se aromatiza el aceite. Añadimos el arroz y le damos unas cuantas vueltas, que se impregne del aceite y se refría ligeramente. Salpimentamos
Vertemos el agua hirviendo (aquí un inciso, si nuestra cocina no es de inducción, viene genial tener un hervidor de agua para tenerla hirviendo en un momentín, se acelera un mucho la espera). Con el fuego vivo dejamos que el agua se consuma unos 7 minutos, cuando el arroz ya no flote, bajamos el fuego a mínimo y esperamos a que el agua desaparezca por completo. Apagamos el fuego y que repose mientras hacemos los champiñones.
Los champiñones. Picamos el ajo y el perejil. Calentamos una sartén con el aceite, cuando esté echamos los champiñones y a fuego vivo los refreímos, removiendo y extendiéndolos por toda la sartén. Los dejamos al dente, así que con unas pocas vueltas será suficiente. Salpimentamos y añadimos el ajo y el perejil, una vuelta más y listo.
Incorporamos al arroz todos los champiñones con su jugo y aceite de la sartén, esto es lo que dará al arroz un buen sabor a champi!
Y hala! ya lo tenemos. El arroz sueltecito, los champiñones al dente y si por lo que fuera tenemos unos espárragos verdes y un poco de beicon pasado por la sartén… pues óle! Pero no es imprescindible. La idea es hacer un arroz con champis, lo otro ya son florituras.
Divino. Y veraniego, aunque sea caliente. Esas recetillas rápidas, de poca elaboración y poco sofoco a los fogones, son lo más. Y con champis, más aún 🙂
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La idea de estar dandole vueltas a un risotto durante un rato con el «caloret» del verano se me hacía insoportable… pero los champis buscaban arroz y hala! cada uno por su lado y luego ajuntamiento al canto!
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