Carne picada, socorrida a más no poder. Las variantes son múltiples. Las hierbas y especias que se le pueden poner te permiten viajar por las cocinas del mundo; sales de Hamburgo y puedes acabar en cualquier sitio exótico, mientras haya materia prima que trinchar, hay albondigas y hamburguesas!

Con salvia, parmesano y tomate concentrado, la pista está clara… Italia!

Ingredientes

• 400 gr de carne picada de ternera
• 4 cucharadas de salvia fresca y picada a cuchillo
• 1 huevo, sin batir
• 1 rebanada de pan de molde remojada en leche y escurrida
• 1 cucharadita de tomate concentrado (opcional)
• 2 cucharadas de queso parmesano rallado
• la ralladura de medio limón
• sal y pimienta negra
• un poco de aceite de oliva virgen
• mantequilla, rodajas de limón y rúcula para adornar (opcional)

La explicación es corta. Mezclamos todos los ingredientes, excepto el aceite de oliva.

Una vez mezclado todo con las manos para que se compacte mejor, formamos unas bolas del tamaño de albóndigas grandecitas. Las rociamos bien con aceite de oliva y reservamos.

Calentamos bien una plancha (mejor antiadherente), cuando esté lista vamos poniendo las bolas y con una espumadera o una pala las aplanamos un poco, dejamos que se tuesten un poco antes de darles la vuelta con la pala, el tiempo dependerá de si las queremos más o menos hechas por dentro (a mí se me fue un poco la mano y las tosté demasiado, la culpa… la inducción! que me trae por la calle de la amargura).

Rematamos la faena con las rodajas de limón, las láminas de mantequilla derritiéndose con el calorcillo de la hamburguesa recién sacada de la sartén y completada con unas hojitas de rúcula para tranquilizar nuestro yo verde.

Y a disfrutar de una carne con el regustillo de la salvia que sabe a gloria!