Para amantes de la masa de pizza finita.

La tía Mari es la tieta del «abogado»,  siempre que vamos a comer a su casa o ella viene a la nuestra nos prepara de aperitivo una pizza de atún, anchoas, pimiento rojo y aceitunas negras o verdes, según le da. Es como el sello de su casa… que lleva allá donde se la invite, porque se gana un aplauso indiscutible. Además de poco ortodoxa, porque la hace en forma de rectángulo, lo que permite luego repartirla  muy bien, su forma de hornear también es sui generis, logra que la masa quede entre crujiente y blandita aunque parezca contradictorio, es así! La fórmula de la masa es facilísima de hacer, no requiere levado, solo un pequeño reposo mientras se prepara un sofrito glorioso. Es una masa fácil de mezclar, amasar, manejar y extender. No necesita ningún tipo de levadura, por lo que no hay excusa… ¿quién no tiene en casa agua, harina, sal y aceite?

Ingredientes

• 300 gr de harina de trigo (normal y corriente)
• 125 gr de agua (si es mineral… mejor)
• 100 gr de aceite de oliva
• 1/2 cucharilla rasa de sal

En un cuenco amplio mezclamos todos los ingredientes. Una vez mezclados empezamos a amasar con las manos hasta que se haga una masa homogénea y un tanto elástica y aceitosa. La dejamos reposar un rato, que puede ser el tiempo que nos lleve hacer un sofrito de tomate.

Precalentamos el horno a 180º

Preparamos una bandeja de horno con un papel de aluminio en el fondo; colocamos la bola de masa en el centro y con las yemas de los dedos la vamos estirando y adaptando a las medidas de la bandeja. Es el paso más laborioso, a la vez que agradable, de la elaboración de esta pizza.

Extendemos el sofrito de tomate por encima de la masa.

Se supone que tenemos el horno bien precalentado a 180º, cosa importante para el éxito. Metemos en el horno durante unos 20 minutos en la parte mas baja del horno; pasado ese tiempo comprobamos si los bordes de la masa están cocidos… pero aún un poco blanditos.

Sacamos del horno y esparcimos lo que hayamos elegido para la pizza… que puede ser la combinación de ingredientes que nos apetezca (en la foto podéis ver que la preparé con jamón serrano, mozzarella fresca, tomillo y albahaca frescos)

Volvemos a meter al horno, pero esta vez lo apagamos y dejamos que durante 10 minutos se acabe de hacer con el calor residual (en este caso la mozzarella se funde y el jamón se hace ligeramente sin quemarse ni endurecerse) Atención! los ingredientes que añadimos a la base de pizza a medio hornear tienen que estar ya preparados (por ejemplo, si nos da la vena de poner cebolla, que esté previamente frita!) porque al meterlos en el horno solo estarán 10 minutillos y solo con el calor residual… vaya que es como darles un calentón y nada más.

Para recalentar algún trozo que nos sobre (cosa improbable… pero nunca se sabe) podemos hacerlo en una sartén como si de tostar pan se tratara; de esta manera la masa no se reblandece y vuelve a coger el punto que tenía cuando salió del horno la primera vez.

Y para muestra otra opción que a los «tastapizzas» les ha gustado mucho. Pimiento rojo, aceitunas verdes, lata de sardinas en aceite, limpias de espinas y desmenuzadas, tomates cherry, tomillo y albahaca.

pizza con sardinas en aceite, de lata!