Estos buñuelitos no son estrictamente buñuelos al uso, ya verás como te sorprenden. Te los propongo con chocolate negro, pero se pueden hacer con el que más te guste.

Ingredientes

• 100 grs. de chocolate negro de cobertura
• 50 grs. de nata líquida (2 cucharadas soperas)
• 1 lámina de masa de hojaldre (tipo La Cocinera)
• aceite de oliva suave
• azúcar glas

Deshacemos el chocolate al baño maría. Cuando esté en ese punto espeso, le añadimos la nata líquida, removemos para que se mezcle y lo ponemos en un recipiente para meterlo en la nevera y que repose 4 ó 5 horas, pasado este tiempo el chocolate quedará endurecido.

Extendemos la lámina de hojaldre y con un rodillo la estiramos para dejarla un poquito más fina. Tenemos que dividirla en cuadrados de unos 6 cm de lado, aproximadamente, en los que después pondremos bolitas de chocolate.

Sacamos el chocolate de la nevera para que no esté tan duro y podamos hacer la siguiente operación.

Con una cucharita vamos cogiendo porciones de chocolate y hacemos bolitas del tamaño de una cereza, poniendo una en cada cuadrado de masa.

Lo cerramos haciendo como un saquito, y sin miedo, le damos forma de bola con las manos. La masa de hojaldre se moldeará perfectamente. Es importante que el chocolate no asome por ningún lado. Si por lo que fuera se nos rompe le añadimos un poquito de masa y le volvemos a dar forma.

En la foto nos podemos dar idea de los pasos a seguir:

Es probable que las primeras bolitas nos salgan un pelín raras, pero enseguida se coge el tranquillo.

Conforme las vayamos haciendo las guardamos en la nevera, así la masa de hojaldre se recuperará (esto es importante, la masa de hojaldre requiere estar fría antes de freírla… si, si, freírla).

Hasta aquí podemos tenerlas preparadas con antelación.

Ahora a rematar la faena.

En una sartén con abundante aceite caliente freímos las bolitas, que se doren. Las sacamos y las dejamos sobre papel absorbente.

Las espolvoreamos con azúcar glas y las servimos inmediatamente. El chocolate estará ligeramente derretido y la masa, crujiente.

Es una combinación deliciosa y superfinólis!