¿Son pastelillos? ¿Son bocaditos? ¿Son fáciles? ¿Son preparables con antelación? ¿Son baratitos? ¿Te hacen quedar bien? ¿Valen para una cena? ¿Son la estrella del aperitivo? ¿Acompañados con salsita? ¿Con ensalada? ¿Con panecillos? ¿Sin panecillos?… SÍ a TODO!!!
Ingredientes (para 6 u 8 piezas)
- 400 gr de salmón fresco o congelado, sin piel
- 1 cebolla tierna pequeña, bien picadita
- 1 diente de ajo pelado y picado
- 1 cucharada colmada de alcaparras ligeramente picadas
- 2 cucharadas de galletas tipo cracker, trituradas (o pan rallado)
- 1 cucharada de mostaza (… de Dijon es muy apropiada)
- 2 cucharadas de cilantro fresco picado (o perejil fresco)
- la ralladura de la piel de 1 lima (opcional)
- 1 huevo ligeramente batido
- sal y pimienta negra recién molida
- aceite de sésamo (o de oliva)
- … y muy útil: unos guantes desechables (de vinilo o plástico) nos ayudarán muchísimo a manejar los pastelillos a la hora de darles forma.
En un cuenco amplio mezclamos la cebolla, el ajo, las galletas trituradas, la mostaza, el cilantro picado, la ralladura de lima y el huevo. Reservamos.
Ahora ya nos ponemos los guantes y atacamos el salmón.
Troceamos el salmón en cubos muy pequeños con un cuchillo bien afilado (si estamos mal de cuchillos… recurrimos a las tijeras). En el caso del salmón congelado el asunto es más fácil aún; cuando esté a medio descongelar es el momento ideal para trocearlo y además en este proceso acabará de descongelarse por completo. No nos preocupamos si los cubos no son perfectos, la cosa es que el salmón quede picado.
Salpimentamos los trocitos de salmón y los incorporamos al cuenco con el resto de ingredientes. Amasamos (enguantados, mejor) hasta que quede todo bien mezclado.

Insisto: los guantes!
Ponemos a calentar una sartén con una cucharada de aceite (de sésamo o de oliva).
Cogemos con las manos enguantadas porciones de masa y hacemos bolas del tamaño de una albóndiga grande, los aplanamos un poco con las manos, que nos quede en forma de tortita gruesa ( al estilo de los pastelillos de atún) y los deslizamos a la sartén para que se doren. Nos ayudamos de 2 palas para darles la vuelta. Cuando estén dorados por ambos lados, los sacamos y reservamos.
Una vez pasados por la sartén podemos servirlos inmediatamente o, si los hemos hecho anticipadamente, envolverlos en papel de horno y cuando los vayamos a utilizar los calentamos 30 segundos a máxima potencia en el microondas, sin quitarles el papel! Quedan perfectos.
Para acompañarlos podemos hacer una salsa mayonesa, así en plan clásico. O una teriyaki para los que les va el rollo soja. Y por supuesto cualquier variedad de lechuga que se os pase por la cabeza y os alegre la vista.
me da la vida 🙂
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Tu si que sabes piropear!! 😉 🙂
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Que buenos madre mía! Y buena idea los guantes, es verdad que algunas masas son infernales de manejar!
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En este caso, es fundamental la insistente recomendación si quiero evitar que me caigan mil collejas del que se anime a hacer la receta, porque el salmón es un pez muy escurridizo!
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Me gustan!!! NO….¡¡¡Me encantan!! En este viaje por tierras canadienses me he lanzado con las hamburguesas de salmón….QUÉ BUENAS POR DIOS. Y esto se le acerca pero que mucho, mucho….¡¡El copieteo va a llegarrrr!! jijijiji
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Venga! sin complejos. Yo no paro de hacerlas! 😉
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