Si eres de tener salsa de tomate hecha en casa, tener siempre por si acaso en la nevera media docena de huevos, láminas de hojaldre compradas en el  súper  y en la despensa botes de atún o bonito del Norte, aceitunas rellenas, las del aperitivo… esto va a ser pan comido! Hacer una aguja gigante de 40 cm de largo por 8 de ancho, para cuatro  que te aparezcan a comer va a ser la mar de sencillo liarlo.

Ingredientes

• 1 lámina de hojaldre (las de Lidl, están bastante bien)
• 1 bote de bonito del Norte (o atún) en aceite de oliva de 320gr peso neto, 210gr escurrido ( he utilizado el de Carrefour, que esta elaborado por Hijos de José Serrat S.A. , es de Bermeo y sale bien hasta de precio… y ojo no me dan ni la hora por decirlo, pero si es bueno, pues lo digo)
• 1 bote pequeño de aceitunas rellenas de anchoa, picadas en rodajas
• 3 cucharones, de salsa de tomate frito espesita, hecha en casa mucho mejor, por no decir obligatorio
• 2 huevos de gallinas felices
• 1 huevo batido, para pincelar el hojaldre
• Semillas de sésamo o hierbas ( óregano, tomillo) para espolvorear por encima

Lo primero que haremos será poner a cocer los 2 huevos, los ponemos en un cazo con agua fría cubriéndolos por completo, lo llevamos a ebullición y en cuanto comiencen a hervir apagamos el fuego y los dejamos 10 minutos dentro del agua. Los sacamos y enfriamos debajo del grifo y los dejamos un rato sumergidos en agua fría; así el descascarillarlos será más fácil.  Los golpeamos contra el mármol de la encimera para que se cuarteen y los pelamos. Si los huevos son frescos, se pelarán de maravilla.

En un plato los troceamos y reservamos.

En un cuenco amplio, ponemos el bonito escurrido y hecho migas, las aceitunas en rodajas y el huevo picado. Vamos añadiendo la salsa de tomate frito poco a poco, mezclando, que quede una mezcla pastosa, no líquida. Por eso es mejor ir con cuidado y no añadir todo el tomate de golpe… se nos puede ir de las manos el asunto; por eso cuidadín,  el hojaldre no quiere mucho a las humedades!

Bueno, pues hecha la pasta del relleno la reservamos en la nevera. Es mejor que esté fría para el momento relleno.

Ahora con un rodillo estiramos un poco la lámina de hojaldre, mantenemos de momento el papel en el que viene. Con un tenedor la pinchamos toda todita toda. A estas alturas, lo más probable es que la lámina se nos haya reblandecido y no esté con muchas ganas de dejarse manipular… pues un rato a la nevera, así estirada, a rehacerse un poco de la tortura del pinchamiento!

Precalentamos el horno a 200º.  Preparamos la bandeja para hornear con un papel sulfurizado.

Sacamos el hojaldre, le ponemos el relleno extendiéndolo a lo largo del lado más ancho,  pero sin llegar a los extremos, que luego hay que cerrarlos! Empezamos a enrollar, con la ayuda del mismo papel que trae la lámina. Doblamos los extremos y apretamos un poco para que sellen.

Colocamos el rollo en la bandeja de horno. Con cuidado, volvemos a pinchar con el tenedor, pero solo toques, sin perforar, especialmente en los extremos, para que no suba mucho el hojaldre.

Pincelamos con el huevo batido, espolvoreamos las semillas o las hierbas y lo horneamos unos 12 o 15 minutos, hasta que esté dorado… ojito que hay que vigilar. Es el hojaldre el que tiene que hacerse, el relleno está de acompañante en el trance.

Sacamos y la colocamos sobre una rejilla para que vaya enfriando y no pierda el crujido que ha de tener un hojaldre canónico.

Y si dejamos reposar, en frío también está muy óptimo!